El mejor títere del Imperio

Normal incoherencia de la política exterior del gobierno venezolano.
Se dice muy fácilmente que la actual situación de Venezuela es una injerencia de los EE.UU. para robar el petróleo, pero la verdad es que EE.UU. ya tiene poder sobre el petróleo venezolano y no sólo no le interesa desestabilizar a Venezuela, sino que no le conviene.

El verbo incendiario contra EE.UU. del gobierno venezolano no pasa más allá de eso, dado que en los hechos hay muchos negocios y cooperación con las transnacionales norteamericanas y entre otras potencias, en especial en materia petrolera. La figura preferida es el de las empresas mixtas (empresa resultante de capitales públicos y privados), entre las que destacan (1):
  • Petroboscán, S.A.= PDVSA + Chevron (EE.UU.)
  • Petroregional del Lago, S.A.= PDVSA + Shell (Reino Unido-Países Bajos)
  • Petroquiriquire, S.A. = PDVSA + Repsol (España)
  • Petrodelta, S.A. = PDVSA + Harvest-Vinccler (EE.UU.)
  • Petroindependiente, S.A. = PDVSA + Chevron (EE.UU.)
  • Petrolera Sino-Venezolana, S.A. = PDVSA + CNPC (China)
  • Baripetrol, S.A. = PDVSA + TECPETROL (Argentina) + LUNDIN (Suecia) + PERENCO (Reino Unido-Francia)
  • Boquerón, S.A. = PDVSA + TNK-BP (Rusia)
  • Petroperijá, S.A. = PDVSA + TNK-BP (Rusia)
  • Petrowarao, S.A. = PDVSA + PERENCO (Reino Unido-Francia)
  • Petrocumarebo, S.A. = PDVSA + VINCCLER (EE.UU.)
  • Petroguárico, S.A. = PDVSA + INPEX (Japón) 
  • Petronado, S.A.  = PDVSA + CGC (Argentina) + BPE (Ecuador) + KNOC (Corea del Sur)
  • Petrowayu, S.A. = PDVSA + PETROBRAS (Brasil) + WILLIAMS (EE.UU.)
  • Petroven-Bras, S.A. = PDVSA + PETROBRAS (Brasil) + COROIL (Francia)
  • Petrokariña, S.A. = PDVSA + PETROBRAS (Brasil) (2)
Y eso sólo por mencionar algunas y exclusivamente en materia petrolera, pues también hay empresas mixtas y cooperación en materia agrícola, industrial, automotriz y tecnológica con muchas otras grandes transnacionales. Inclusive, ejecutivos de la petrolera Chevron dijeron sentirse muy orgullosos de ser socios de PDVSA(3), y por consiguiente, de la Revolución. De ese modo, veremos que EE.UU. ya tiene pleno acceso al petróleo venezolano y sus mercados y no necesita de ningún otro tipo de injerencia para lograrlo. Además, problemas en la producción petrolera ha llevado a un insuficiente suministro de gasolina para el consumo  interno(4), por lo que el gobierno se ha visto en la necesidad de importar gasolina, especialmente de los EE.UU.. Esto no sólo pone en riesgo la independencia energética, sino que nos devuelve a los períodos de la 4ta República en que éramos exportadores de materias primas e importadores de productos procesados o refinados. El ambiente económicamente hostil de Venezuela, con alta inflación, control cambiario, engorrosas regulaciones, beneficia a las grandes compañías que pueden compensar esos obstáculos, al mismo tiempo que evita que ellas tengan que competir con nuevas empresas. De hecho, las grandes transnacionales ya establecidas en el país, a pesar del verbo anti-empresarial del gobierno, quieren permanecer en Venezuela dado que las ganancias son exorbitantes a pesar del riesgo(5). Así se demuestra que Venezuela no representa ningún rompimiento con el capitalismo internacional, sino una profundización enmascarada del mismo.

De otro lado, la tesis de un EE.UU. hambriento de petróleo extranjero ya no es tan válida como antes. Desde la llegada del gobierno de Obama, EE.UU. ha dado grandes pasos hacia una política de independencia energética, la cual ha sido bastante agresiva. De ahí la alegría de los gringos por el deshielo del Ártico (con posibles fuentes de hidrocarburos bajo mar helado), la explotación de esquisto y el devastador fracking. Incluso, Obama, antes del desastre en el Golfo de México por la plataforma Deepwater Horizon, había sido un gran promotor de la explotación petrolera en aguas profundas. Después del desastre ambiental, quizás vio que esto daría mala publicidad. El gran punto es que EE.UU. va camino a la autosuficiencia energética (6) y, muy posiblemente, en los próximos años se convierta en exportador de petróleo, compitiendo con sus actuales vendedores(7).

Hasta ese día, a EE.UU. no le conviene una situación de desestabilización en Venezuela, dado que ello suele venir acompañado con fallas en el suministro y más altos precios del barril. El gobierno venezolano, de Chávez a Maduro, representan el mantenimiento del status quo, dado que son sus acciones y no su discurso lo que importa a los EE.UU.. Incluso, el gobierno venezolano es efectivo contra la disidencia, no sólo en contra de la oposición, sino contra los mismos movimientos sociales que reivindican los derechos ambientales, laborales e indígenas, criminalizándolos  y acusándolos de traidores y de trabajar para las oligarquías. Este descrédito a cualquier lucha social que no esté acorde con los intereses del Estado, suele beneficiar a las transnacionales, de cualquier industria y país.

Muchos chavistas e izquierdistas dicen que no quieren a un gobierno títere de los EE.UU., pero el mejor gobierno títere para los gringos es aquel que responde a sus intereses con el apoyo popular del país saqueado. Un gobierno títere que un pueblo engañado mantendrá en el poder.

Notas:

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