Estilo libre


Estoy sufriendo de un horrible bloqueo de escritor. Ni siquiera en Twitter me animo a escribir. Las lecturas se me hacen pesadas y tediosas. No me siento particularmente en mi momento más creativo.

Entonces, haré catarsis. Lo que me salga del alma, sin pensarlo demasiado. Una especie de estilo libre en mi disciplina.

 Y no es que no tenga buenos temas sobre que escribir. Me provoca sobre lo que pude aprender de 4 meses de protestas en Venezuela. También, mucho se dice sobre quienes salen de Venezuela a buscar una mejor vida, por lo que me resulta más interesante los que vienen de otros países para quedarse en Venezuela a pesar del desastre. Aunque no lo creas, son muchos, particularmente refugiados, estudiantes y personas que hicieron su vida en este país y no quieren dejarlo. Aunque sobre este último tema tendría que ser cauteloso, para que no sea utilizado como propaganda pro-gobierno o que me acusen de chavista. La política está a flor de piel y a mi me resulta muy fácil herir susceptibilidades.

Desde esta mañana no puedo dejar de cantar "Across the Universe" de los Beatles, aunque en la versión de Rufus Wainwright. La verdad sólo canto el coro "Nothing gonna change my world", porque no me la sé completa. Me encanta la música melancólica, triste, de corazones rotos, es lo único que consigo que me dé ánimos.

Desde el punto de vista laboral y profesional me va mejor que nunca, pero ello no es la razón de mi existencia. Siento un frío vacío que espero sólo sea la crisis de los 30... que a la fecha en que se escriben estas palabras todavía no cumplo.

Fantasmas del pasado también tienen la culpa de ello. Me persiguen cuando yo sólo quiero huir de ellos. Me sorprendo de mi mismo con lo bueno que me estoy haciendo para sacar a la gente de mi vida. Familia, amigos, parejas, tu lánzalo que yo lo bateo y lo saco del estadio.

No estoy en fase de comer cuentos.

Soy del tipo de persona que se puede conectar fácilmente con otra, por lo que me encariño muy fácilmente. Sin embargo, apoyo la idea del desapego, tal cual se expresa en el budismo. Ese apego, aunque nos haga sentir bien, es una cárcel.

Me es más fácil el desapego con las cosas materiales que con las personas, aún cuando en estos momentos extraño la guitarra que vendí. Igualito no es mucho lo que sé tocar en ella, pero eso no quiere decir que extrañe hacer horribles sonidos con ella.

Pero, sin duda, lo que más me rehidrata el alma es escribir. Incluso, prefiero hacerlo en papel, como de hecho lo hago con este texto que luego transcribiré a la pc.

Y no es mentira, de verdad me sirvió.

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