¿Qué aprendí en 4 meses de "furia"?


Durante 4 meses Caracas fue mi "Ciudad de la Furia". Ese fue el tiempo que duró (abril a julio) la serie de protestas que surgieron en Venezuela a raíz de las sentencias del TSJ que daban un autogolpe de Estado al Parlamento. En fin, hay varias lecciones que pude aprender de la experiencia:

1) La improvisación también está del lado opositor. En realidad, me atrevería a decir que hay mucha más improvisación que en el gobierno. No existe un plan, sino sólo metas comunes (salir de Maduro) a las que no se está del todo de acuerdo en como concretar (salida democrática, violenta o insurrecional). En algún momento, la MUD realzó un plan pero sólo como una manera de evitar conflictos partidistas en la oposición, un triunfalismo absurdo, irrealista y una suerte de reedición del Pacto de Punto Fijo. En ningún momento la MUD especificó, en caso de llegar al poder, que ocurriría con los programas sociales, con los trabajadores públicos, con las empresas públicas (¿Privatizarán?), liberación de precios o el dólar, etc, etc. Es evidente que los candidatos rara vez cumplen con sus promesas, pero las hacen con el fin de mostrar una línea política clara ante el electorado, y así sumar votos. En este caso es diferente, ya que la MUD sólo espera sumar votos a través del descontento hacia el gobierno, lo cual no se puede negar que sea efectivo. Es comprensible que la MUD no tenga una línea política clara al ser una coalición de partidos, que incluye tanto a gente de izquierda como de derechas, pero ello debe ser algo que se defina ahora, no después.

2) El insurrecionalismo no sirve. Me criticarán los anarquistas "románticos", pero la lucha insurrecional no funciona, al menos en el contexto actual no.

A algunos izquierdistas les resultará doloroso, pero los grupos de oposición tomaron un tipo de lucha que es claramente de izquierda: la insurrección, el llamado a desconocer la autoridad y de luchar, con capucha y molotov, contra los militares de ser necesario. Para agregarle más ironía al asunto, el gobierno "socialista" hizo lo que todo gobierno de derecha hace: acusar a los manifestantes de terrorismo y meter preso a todo aquel que sostenga una pancarta.

La oposición, como colectivo y no como coalición de partidos, peca de contradictoria: algunos puntualizaban que no se pueden aplicar medidas institucionales (elecciones) frente a una dictadura (a pesar de los ejemplos de dictaduras que salen mediante urnas electorales, como Pinochet), pero las protestas también revisten de carácter institucional, dado que ellas se espera incidir en las políticas o, al menos, en las decisiones de los políticos. Si en verdad hay una dictadura, es evidente que una protesta, por más tiempo que dure, por más intensa y violenta que sea, no tendrá efecto, porque a las dictaduras no les importa su imagen. Las protestas sólo sirven en regímenes democráticos, como suele suceder en Europa. Inclusive, la palabra "diálogo", aunque los políticos de la MUD saben que es necesaria, es prácticamente razón para excomulgación.

Admito que más joven admiraba la lucha insurreccional (un anarquista romántico), pero es inviable porque pretende hacer frente a un grupo sin preparación y mal equipado contra otro grupo entrenado y fuertemente equipado. Ni siquiera hay ejemplos de lucha insurreccional civil (protestas) que haya funcionado, y los que han tenido éxito se deben a la intervención deus ex machina de las fuerzas armadas. Por ejemplo, en la primavera árabe sólo cayeron aquellos gobiernos cuyas fuerzas armadas intervinieron. Ni siquiera el famoso Caracazo derivó en la caída del gobierno de turno.

3) La izquierda internacional no entiende lo que sucede en Venezuela. La mayor parte de la solidaridad de la izquierda, tanto autoritaria como antiautoritaria, está a favor del gobierno venezolano. ¿La razón? Porque el gobierno venezolano habla mal de los EE.UU. Es como si el hecho de autodeclararse antiimperialista fuera una patente de corso que justifica cualquier tropelía.

La peor parte es que el antiimperialismo venezolano es sólo de la boca para afuera. Por ahí salió en cadena nacional la imagen del presidente Maduro con los directivos de Chevron para América Latina, presentados como grandes aliados de la Revolución. A ello podemos sumar la venta de fondos buitres a Golman Sachs, los pagos puntuales de la deuda a Wall Street y los planes de explotación minera en territorios indígenas y zonas de gran biodiversidad biológica.

Lo único que yo veo es a una izquierda internacional que defiende a un gobierno de derecha que tiene un discurso de izquierdas.

4) La presión internacional no sirve. Aunque ello no es algo que aprendí con esta experiencia, pero lo confirmo. Ahí está el ejemplo de los 50 años de bloqueo económico contra Cuba, que no sirvió de nada, evidentemente, a menos que la intención haya sido que Castro gobernara para siempre.

Las denuncias ante la Corte Penal Internacional (CPI) tampoco sirven. En el año 2009, la CPI emitió una orden de captura contra Omar al Bashir, presidente de Sudán... Tras 8 años, les informo que ese señor sigue siendo presidente. De hecho, eso provoca que cualquier presidente quiera todavía menos abandonar el poder, un poder que lo aleja de la cárcel.

5) Tengo más resistencia física y mental de lo que pensé. Esta es una lección personal, que seguramente aprendimos todos los venezolan@s en esos 4 meses. El cansancio que provocaban las protestas, las marchas, el cierre de calles, paros, la incertidumbre, los detenidos, los heridos, los fallecidos, los políticos necios, era bastante insoportable. Incluso uno de los detenidos en las protestas fue mi compañero de clases en la universidad. Me era angustioso pensar en que un conocido mío estuviera detenido en uno de esos centros de horror de la policía nacional. Par de veces me tocó caminar 8 kilómetros hasta mi casa por el cierre de vías. Intento verle el lado positivo a esas caminatas, y ahora me siento dispuesto a participar en un maratón.

¿Qué se ganó con 4 meses de furia? Además de estas lecciones aprendidas, muy poco, para no decir nada.
PD: Esto no es una lección aprendida de la experiencia, por ello no va numerada: el gobierno venezolano es un claro manipulador de información, al señalar que las protestas sólo ocurrían en las zonas pudientes de Caracas y otras zonas del país. Muchas protestas ocurrieron en sectores populares que fueron igualmente reprimidas.

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